domingo, 28 de octubre de 2018

CAUSA DE CORRUPCION "LOS CUADERNOS" - CAPITULO XVI


ANOTACIONES SOBRE "LOS CUADERNOS"

CAPITULO XVI
En la sexta cita que hace el Dr. Bonadío en su auto de mérito, relativa a la por él identificada como “bitácora del delito”, menciona la “anotación” del 27 de enero de 2010 a las 13:35 hs, en la que Centeno escribió que llevó a Baratta al Hotel Firs’t Park, que bajaron al 2° subsuelo con el auto y que allí no lo esperaba nadie pero que Baratta “… subió a verlo al Ing. Ruben Valenti; luego a los 15’ bajaron con un un bolso lleno de dinero (200.000 U$S) y una caja de vino tinto Lagarde …
Nuevamente desconocemos por qué el Dr. Bonadío no sabe leer el idioma español, ya que claramente surge de la “anotación” que Centeno no estuvo presente en esa reunión y por lo tanto no sabe el contenido del bolso a no ser que lo haya visto, pero no lo indica y mucho menos la cantidad que en él podría haber habido, como tampoco si eran dólares u otra cosa.
Centeno claramente señala que Baratta SUBIÓ y que después de 15 minutos BAJARON, por ende él no subió, no “vio” ni percibió con ninguno de los sentidos lo que allí ocurrió. O se lo imaginó o sólo son dichos de los que “tomó conocimiento” o, quizás, “pensó” que así fueron.
Otra cita más que el Dr. Bonadío no puede utilizar con capacidad de prueba en este proceso.

La séptima cita a la que alude Bonadío es del mismo día 27 de enero de 2010 pero esta vez de las 20:30 hs, en la que Centeno “anotó” que llevó a Baratta a su domicilio y que éste “… subió con todo el dinero recaudado del día, luego de sacar su parte, bajó y lo lleve a entregarle a Daniel Muñoz en Uruguay 1306 y luego lo lleve al lic a su dpo y me fui a casa …”.
Sigue el problema para el Dr. Bonadío en considerar a esto como una prueba válida, por cuanto nuevamente vemos que Centeno coloca claramente que Baratta SUBIÓ a su departamento y luego BAJÓ para que él lo llevara al domicilio de Uruguay 1306 a “entregarle a Daniel Muñoz”. No “vio” lo que pasó en el departamento de Baratta por cuanto no subió con él, entonces no percibió con ninguno de sus sentidos nada de lo que allí ocurrió, siendo sus dichos sólo algo de lo que “tomó conocimiento” o sólo “pensó” que había ocurrido.
Destaco que cuando dice que fueron a Uruguay 1306 menciona que fueron a “entregarle” a Muñoz, pero no indica qué le entregaron, con lo cual puede ser cualquier cosa, siendo entonces otra cita que no tiene la más mínima chance de ser considerada prueba de delito alguno.
Lo que sí está claro es que Centeno no manejó nunca los bolsos por cuenta propia o sin la presencia de alguien más, con lo cual sus dichos de los contenidos de los bolsos queda como que él “piensa” lo que contienen o “toma conocimiento” por dichos de terceros, pero nunca como que él lo “vio”, al menos hasta lo que llevamos analizado de las citas elegidas por el Dr. Bonadío.

La octava cita a la que alude Bonadío en su llamada “bitácora del delito”, alude a la “anotación” del 21 de julio de 2010 en la que Centeno narra cómo se encontró con el Ing. Ezequiel García en un domicilio, lo lleva a éste hasta otro lugar, bajan al subsuelo y que “ luego sale esta persona con una valija color gris y la pone en el baúl de mi auto…”, indicando Centeno que “… hablaban García y este señor de que eran 4.500.000 U$S … que eran “del Comahue y de lo otro” decían”.
No hay ninguna intervención directa de Centeno en la que tenga contacto personal o visual con el contenido de la valija, sólo “vio” una valija y que la misma fue colocada en el baúl del auto que él manejaba, luego “escuchó” lo que hablaban o decían, por lo que tampoco amerita esta cita ser considerada como prueba válida de delito alguno, máxime cuando quien “escucha” lo que “hablaban” o “decían”, no nos indica si lo hizo desde adentro del auto y los otros estaban en el exterior, si por el frío de la época (invierno), los vidrios estaban empañados, si utilizaba la calefacción del vehículo para calentarse dentro de él, si la radio estaba encendida, si había ruidos del exterior o cualquier otro indicio que puedan haber alterado su “percepción visual y sonora” de lo que hacían, “hablaban” o “decían” las otras personas mencionadas por él en su anotación.
Suponemos que el Dr. Bonadío nos va a despejar estas dudas con prueba que corrobore los hechos, al menos es lo que tendría que hacer para considerar que utilizó el método de la sana crítica en su decisión.
Continúa esa octava cita que toma como “indicio” el Dr. Bonadío, con la “anotación” por parte de Centeno de lo que ocurrió luego de lo arriba comentado. Es así que señala que ese 21 de julio de 2010, después de tener la valija color gris en el baúl de su auto, salen del lugar y bajaron a quien la puso allí en una esquina, que ellos (Ezequiel García y él) siguieron y que García le indica que vayan a la Quinta de Olivos, que en el camino lo llama Baratta a García para indicarle que los esperaba en otro lugar, que allí se sube al auto Baratta y se van a la Quinta de Olivos, pero que antes de llegar dejan a Ezequiel en una estación de servicio y ellos siguen hasta la entrada de la quinta de Olivos donde Baratta lo hace bajar a Centeno porque “… me dice que tenía que entregar en mano propia al Doctor Nestor Kirchner la plata y me dice que va a entrar el solo y manejando el auto y así fue que me quedo afuera de la Quinta y él entra a las 15.55 hs y sale a las 16.30 hs y me levanta a mi y seguimos en busca de Ezequiel …”.
Nuevamente estamos ante “dichos” de otras personas que son “dichos” por el Sr. Centeno (el clásico dice que dicen), algo que el Dr. Bonadío sabe muy bien no puede ser utilizado como prueba válida si no son corroborados fehacientemente.
La “anotación” nos da la certeza que el 21 de julio de 2010, entre las 15:55 hs y las 16:30 hs., el Sr. Centeno estuvo parado en la puerta de acceso a la Quinta Presidencial de Olivos, con lo cual no será muy difícil para Bonadío rescatar la filmación de ese momento y corroborar que así fue en la realidad. ¿O no se filma la puerta de acceso de la residencia oficial de los presidentes argentinos?
También podrá revisar los cuadernos de anotaciones de la guardia que allí existe y que seguramente tiene asentado que ese día, a esa hora, ingresó el vehículo guiado por el Sr. Baratta y que afuera se quedó el chofer del mismo a esperarlo.
¿O no es motivo de sospecha que en la entrada de la residencia presidencial de Argentina se baje el chofer y continúe sólo la persona que era conducida en el vehículo? ¿Acaso a ningún guardia presidencial se le ocurrió chequear la identidad de quien se bajó y se quedó allí en la puerta? Suponemos que sí y por eso será fácil para el Dr. Bonadío que nos presente esa prueba así nos corrobora esa parte de la “anotación” en la que Centeno dice que se quedó afuera de la Quinta de Olivos.

Pero vemos que esa octava cita rescatada por el Dr. Bonadío, continúa el relato luego de haber salido de la Quinta de Olivos y se lee que después de recoger a García en la estación de servicio donde lo habían dejado (suponemos), “… cambiamos el volante y sigo manejando yo y los llevo al ministerio de planificación; y subieron juntos con un bolso personal del lic Baratta donde supuestamente llevaban sus partes de cada uno …”.
No es muy difícil para nadie darse cuenta que esta “anotación” sólo se basa en “supuestos” y nada en algo comprobado por el Sr. Centeno, tanto es así que nuevamente coloca que eran los otros los que “SUBIERON” y no él, a más de ser expreso en que todo lo “suponía”.

Pero vayamos hacia atrás en el auto de mérito y concentrémonos en las “corroboraciones” que de las “anotaciones” ha hecho el Dr. Bonadío, las que tratamos en capítulos anteriores.
En el punto 1) de las “corroboraciones” nos dice que “… se encuentran acreditados muchos de los ingresos a la Quinta Presidencial de Olivos…” y uno piensa entonces que entre esos muchos ingresos acreditados por Bonadío estarán aquellos que él considera lo suficientemente importantes como para que sus “indicios” tenga una corroboración, porque de lo contrario no hay lógica jurídica.
Si selecciona un “indicio”, la lógica jurídica nos señala que es lo primero que debe probar. Bueno, al parecer no ha sido así.
Este es el texto de aquél punto 1) de las “corroboraciones” realizadas por Bonadío:



Vemos acreditados un total de 44 ingresos a la Quinta Presidencial de Olivos, pero no encontramos por ningún lado que esté corroborado el ingreso de esta octava cita, es decir el ingreso efectuado por Baratta sólo, sin Centeno como chofer, que se realizara según las “anotaciones” rescatadas por el Dr. Bonadío, el 21 de julio de 2010.
Están “corroborados” los ingresos del 6, el 20 y el 29 de julio de 2010, pero vaya sorpresa, el Dr. Bonadío no ha podido acreditar el ingreso del 21 de julio de 2010, justo en la que Centeno “anotó” con tanta precisión la hora de ingreso y egreso de la Quinta de Olivos y justo cuando el chofer dice que se entregaron 4.500.000 U$S en una valija color gris.

No creo que el Dr. Bonadío sea tan poco profesional como para no haberse dado cuenta de estas consideraciones y nos probará todos los hechos conforme al método de la sana crítica, ya que con esta “anotación” que él cita y las “corroboraciones” que antes había hecho, sólo tenemos más dudas que certezas.


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