ANOTACIONES SOBRE "LOS CUADERNOS"
CAPITULO XI
Vamos a los hechos según el auto de mérito del Dr.
Bonadío.
Así comienza:
Imputa a 52 personas vivas y 2 personas muertas y
dice que las mismas se asociaron ilegalmente para enriquecerse ilegalmente “… aprovechando su posición como funcionarios
del Poder Ejecutivo Nacional”.
Pero vemos que entre esas 52 personas vivas hay
empresarios, financistas, un ex Juez y un chofer, además que también hay “… otras personas aún sin identificar”
(que esperemos estén todas vivas), que no fueron ni son FUNCIONARIOS DEL PODER
EJECUTIVO NACIONAL, por lo que seguramente esta imputación no se corresponde
con la investigación, a no ser que esta expresión sea un lapsus intelectual del
Dr. Bonadío por el que haya olvidado poner las condiciones laborales de TODOS
los imputados y sólo se haya concentrado en los FUNCIONARIOS del Poder
Ejecutivo Nacional.
No queremos creer que esto sea un sesgo
investigativo porque ello llevaría a pensar que la causa sólo es una
persecución direccionada al sector político y no una pesquisa penal.
En otro orden de interpretación sería bueno que el
Dr. Bonadío nos precisara mejor qué considera cuando dice que la asociación
comenzó “aproximadamente desde principios del año 2003”, ya que entre
enero de 2003 y el 25 de mayo de ese año, quienes integraban el Poder Ejecutivo
Nacional no fueron los mismos FUNCIONARIOS que lo hicieron luego de esta última
fecha.
Como su investigación tiene obligatoriamente que basarse
en la sana crítica, tendrá que despejar esta duda que nos puede llevar a pensar
que los FUNCIONARIOS mencionados en esta imputación ya actuaban con
anterioridad a asumir sus FUNCIONES, de la forma en que el Dr. Bonadío les
imputa, o que le faltó al Dr. Bonadío imputar a los FUNCIONARIOS que cumplían
FUNCIONES en el Poder Ejecutivo Nacional con anterioridad al 25 de mayo de
2003.
Quiero detenerme en lo expresado por el Dr. Bonadío
donde dice que estas 52 personas vivas y 2 muertos organizaron “… un sistema de recaudación de fondos para
recibir dinero ilegal con el fin de enriquecerse ilegalmente …”.
¿Quiénes “recaudaban” los fondos que “recibían”?
¿Todos?
Porque si fueron todos significa que falta saber de
dónde sacaban los fondos y quienes pagaban, con lo que la imputación es
incompleta.
Pero si sólo algunos eran los que “recibían” lo
“recaudado” y encima lo hacían “aprovechando su condición de funcionarios del
Poder Ejecutivo Nacional”, entonces la imputación se concentra únicamente en la
“recaudación” y “recepción”, dejando por fuera de la investigación al “pago”
que posibilitaba esa “recaudación” y a los empresarios, financistas, Juez,
chofer y “otras personas aún sin identificar”, pero mantiene dentro a los 2 muertos.
Nuevamente vemos una direccionalidad en la
investigación que denota un marcado sesgo por parte del Dr. Bonadío.
Los términos empleados en esta imputación son los
que nos marcan hacia dónde apunta el Juez que investiga y este sesgo hacia lo político
en la causa empieza a preocuparnos desde el punto de vista jurídico.
Ahora bien, además del notorio sesgo hacia lo político
de la expresión utilizada por el Dr. Bonadío, vemos que gramaticalmente tiene
algunas, sino muchas, dificultades para hacerse entender, porque señala claramente
que la organización recaudaba fondos para “RECIBIR
DINERO ILEGAL”. No dice que se recibía ilegalmente el dinero, sino que el
dinero era ilegal. Dos cosas jurídicamente
diferentes.
El “dinero ilegal” es aquel que no tiene un origen
lícito porque se obtiene por fuera de los circuitos legales de circulación del
mismo.
Se lo conoce como dinero “negro” y si luego de
“recibirlo” uno lo pone a circular dentro del circuito legal, entonces a eso se
le llama “lavado de dinero”.
Pero según Bonadío el dinero era “sacado” del Estado
por medio de sobreprecios en las licitaciones de la obra pública, por lo que no
podemos suponer que el dinero originado en el Estado sea “dinero ilegal”, sino
la Constitución está equivocada.
Ahora bien, ese dinero “sacado” del Estado iba a
manos de “las empresas” que ganaban las licitaciones, es decir que se les
pagaba por las obras y ese pago se registraba, sino estaríamos en presencia de
otro ilícito que el Dr. Bonadío no ha mencionado, a más del “sobreprecio” que
tendrá que demostrar si existió. Como se pagó “legalmente” entonces el dinero
que recibieron las empresas sigue siendo “legal”, es decir que “recibieron
dinero legal” no ilegal.
Recapitulemos:
1)
El
dinero “sale” del Estado y al salir es “legal”.
2) El
dinero es “recibido” por las empresas “legalmente” porque se corresponde al
precio de las obras licitadas.
3)
El
dinero “entra” a las empresas de forma “legal” porque con él se pagan obras
públicas licitadas, por lo tanto sigue siendo “dinero legal”, no “ilegal”.
Si según el Dr. Bonadío los que participaron de la
organización eran los “empresarios”, no las “empresas”, entonces, para
completar el circuito que el mismo Bonadío señala como forma de obtener el
dinero, las “empresas” debieron darles a los “empresarios” parte del dinero que
aquellas “recibieron legalmente” del Estado por las obras públicas realizadas a
través de licitaciones.
Si las “empresas” tienen dinero “legal” y se lo dan
a los “empresarios”, éstos entonces “reciben dinero legal”, no “ilegal”.
Ahora veamos cómo seguía el circuito según el propio
relato del Dr. Bonadío en su auto de mérito y entonces coincidiremos que el
dinero “legal” recibido por los empresarios era entregado a los funcionarios en
una especie de “coima” y producto del sobreprecio fijado en las licitaciones.
Bueno, aceptado eso, concluimos que al final el
dinero recibido por los funcionarios es “legal”, no “ilegal” como afirma el Dr.
Bonadío, más allá de la “forma ilegal” de recibirlo.
Pero veamos el punto débil de la cadena. El dinero
“sale” del Estado y es dinero “legal” que sale “legalmente” porque se pagan
obras licitadas. Más allá del sobreprecio el dinero sigue siendo legal y pagado
legalmente. Lo ilegal puede ser el sobreprecio, no el dinero. El dinero ingresa
“legalmente” a la empresa que ganó la licitación e hizo la obra. Todo debe
estar documentado contablemente. A partir de ahí encontramos la debilidad de la
cadena, porque más arriba supusimos que las empresas le daban parte de ese
dinero “legal” a los empresarios para que éstos pagaran con el mismo las
“coimas”, pero bien pudo pasar que las empresas no le entregaran a los
empresarios aquél dinero “legal” obtenido “legalmente” del Estado, sino que le
entregaran a los empresarios el referido dinero “ilegal” al que hace mención
Bonadío y que no se relaciona entonces con el obtenido en las licitaciones por
pago del Estado.
Menudo problema en el que se metió Bonadío entonces,
porque si considera que el dinero era “ilegal”, deberá entonces probar esa
ilegalidad del dinero y ello hace que obligatoriamente descarte en esa
ilegalidad al pago por parte del Estado de las obras licitadas ya que ese
dinero es “legal”. Pero si descarta ese origen “legal” entonces su teoría
inicial no es la correcta ya que afirmó que el dinero era “sacado” del Estado
en pago de licitaciones por obras públicas que sobrefacturaban las empresas y
ese dinero es “legal”, como ya sabemos.
Si el dinero es “ilegal” entonces la investigación
tendrá que centrarse en el movimiento de dinero que hicieron las empresas para
darle a los empresarios aquél dinero “ilegal” con el que pagaron las coimas y
eso nos lleva expresamente a la existencia del delito de “lavado de dinero” y
deberá imputar a esas empresas por el mismo.
Quizás lo que quiso decir Bonadío es que “recibían ilegalmente dinero”, algo muy
diferente a “recibir dinero ilegal”.
Si no va a tener que demostrar la ilegalidad de origen de ese dinero e imputar
a los responsables por lavado de dinero.
Esto es un llamado de atención para el Dr. Bonadío
con el fin de que se profesionalice en la redacción jurídica de sus autos,
porque con esta falta de conocimiento gramatical puede perjudicar o anular el
derecho de defensa y eso conllevaría a la absolución de los imputados o a la
imputación errónea de delitos e incluso a la necesaria imputación de otros
delitos. Todo un desaguisado jurídico por no saber escribir en idioma español.
Pero si lo que quiso decir fue que “recibían ilegalmente
dinero”, entonces para qué pone inmediatamente que lo hacían “con el fin de
enriquecerse ilegalmente”.
Esta forma gramatical de escribir
no permite inferir que a lo mejor quiso decir que “recibían ilegalmente
dinero”, sino que realmente quiso decir lo que dijo, o sea, que “recibían
dinero ilegal” y, además, de que lo hacían para "enriquecerse
ilegalmente", porque si no estamos ante una grave afectación del derecho
de defensa por incompetencia gramatical manifiesta.
Nótese que se puede recibir dinero legal y
enriquecerse ilegalmente, pues ello se llama "fraude".
También puede recibirse dinero legal y
enriquecerse legalmente, pues es lo normal cuando se ajustan las conductas a
derecho.
Es también factible recibir dinero ilegal y
enriquecerse legalmente, pues ello ocurre cuando el acreedor no conoce el
origen del dinero y éste es producto de un ilícito. Por ejemplo un
narcotraficante pagando cualquier cosa en el mercado (autos, casas, inmuebles,
una naranja, etc.) utilizando el dinero que obtuvo por la venta de droga y
hasta pagando impuestos con ello. En tanto el que recibe el dinero no conoce su
origen, esa transacción es legal.
Es posible recibir dinero ilegal y
enriquecerse ilegalmente al mismo tiempo, porque está implícito que el
enriquecimiento ilegal sólo se verifica con el conocimiento cabal de que se
está actuando ilegalmente (nunca un enriquecimiento ilegal conlleva culpa sino
siempre es con dolo) y ese conocimiento de los hechos impide presumir que se
desconozca la ilegalidad del dinero recibido, aún cuando visto del lado de
quien se enriquece ilegalmente es irrelevante si el dinero recibido es legal o
ilegal por cuanto sólo pretende enriquecerse de manera ilegal. Pero la
característica de la imputación de enriquecimiento ilícito implica que el ilícito
sea la forma en que se recibe el dinero y no tiene relevancia que el dinero sea
o no legal, porque no resulta necesario acusar a alguien de enriquecerse
ilegalmente y aclarar que el dinero es ilegal si no se está dispuesto a
demostrar esta ilegalidad del dinero con el fin de profundizar la investigación
y acumular más ilícitos a la imputación.
Por lo que estamos seguros que Bonadío
quiso decir exactamente lo que dijo, que el dinero es ilegal y que con ello se
enriquecieron ilegalmente, siendo esto entonces contradictorio y antagónico con
el origen que él determina del dinero que fue el pago de licitaciones por obras
públicas, por cuanto ese dinero es completamente "legal".
La República no puede darse el lujo de
tener jueces que no sepan escribir correctamente en el idioma oficial y mucho
menos cuando se trata de una causa donde están en juego la libertad, el honor y
el patrimonio de las personas, a más de la envergadura y relevancia política y empresarial
de los imputados.
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